Hoy he vuelto a leer sobre Alba, he visto los vídeos que su papá subía a Youtube, algunas otras fotos que he ido viendo por Internet… Mi conclusión es que su vida fue feliz. No cabe duda.
Me paro a pensar y veo que somos miles de personas los que hemos empatizado con su causa. El que más o el que menos hemos tenido lo suficientemente cerca una situación con muchas similitudes con su situación. Creo firmemente que es hora de hacer balance para las personas que, como yo, hemos sufrido mucho con el periplo lleno de latos y bajos de salud de esta preciosidad llamada Alba.